Caitlyn Jenner- Vanity Fair- édition juillet 2015
Caitlyn Jenner- Vanity Fair- édition juillet 2015

Me picaste la curiosidad. Una curiosidad sana, el tipo de curiosidad que te inspira a conocer al otro, una curiosidad cargada de empatía.

Yo soy de las que viven en el presente y se alimentan solo de los actos y sentimientos positivos. Y no por eso soy una ingenua, ni mucho menos.

No me interesa ni meterme en polémicas trilladas, ni sicoanalizar a nadie. Resulta ridículo.

Yo me dirijo a ti, Caitlyn. Y a través de ti, me dirijo a todas y todos que forman parte de tu comunidad.

Cuando aprendí que Bruce se había convertido en Caitlyn, simplemente pensé que era valiente de tu parte dar ese paso.

Hay que ser fuerte para mostrarse ante los ojos del mundo como tú lo has hecho. Somos muchísimos los que cada día quisiéramos cambiar algo en nuestra vida sin atrevernos nunca a dar ese primer paso. La aprobación del otro nos da ese permiso. La mirada del otro nos anima. O tal vez no.

Vivir la vida nunca es sencillo, pero llega un momento en que en que se convierte en una verdadera pista de obstáculos.

El dinero, la fama y las cámaras no lo son todo.

El dinero te ha hecho una bella mujer, de las que uno voltea a ver. De las que yo misma voltearía a ver, y sin sonrojarme.

Tu renombre te ha convertido en símbolo de la comunidad trans, pero sin quitarte nada de lo que has vivido.

La televisión brinda una ventana mágica, pero a veces puede ser un espejo torcido en el cual no se debe confiar.

Caitlyn, te quiero por tus cualidades humanas. Aquellas que hacían de ti un hombre, y las que han hecho de ti una mujer. Te conozco como un atleta y el orgullo de una nación, y un orador que conmovía al público. Y cuando te transformaste en la mujer que siempre fuiste, me conmoviste a mí también.

Eres bella. Eres espontánea. Eres educada. Eres elegante. A veces me recuerdas una niñita, y me enternece.

¡No cambies nunca! Sigue floreciendo para ti misma y para tu comunidad. Lucha por tus amigas, tus hermanas, tanto aquellas que te aman como aquellas que te envidian. Eres un arma. No de las que lastiman—de las que unen.

Eres mujer. Para mí, no solo representas a una comunidad. Representas a las mujeres. Por lo menos, representas a una mujer. Y te lo agradezco.

Audrey